Reseña del libro "Hora Alpha: El Retorno del Indigo"
Fue un momento extenso en períodos de la vida metamórfica, áreas definitorias del cambio interno afectado positivamente por exteriores. El desglose entre colateral y perenne no antes ocurrido, tarde quizás pero enhorabuena a pesar de dicha tardanza. Se impuso sin esperas la más grande muestra de preguntas auto personales, los misterios, laberintos de la subconsciencia, sus deseos, los gestos inherentes, sitios a transitar como costumbre o vicio. El campo filial, sus huecos oscuros, perfumes “amores extraños”. Muchas quedaron dentro de áreas enigmáticas, como son el caso indescriptible de la necesidad humana en adentrar a la maleza pictórica de un bosque, meditar y declamar oraciones a lo desconocido, testigo quizás del espectáculo más grandioso y constante de nuestra existencia: “La aurora”, nacimiento repetitivo de todo cuanto nos rodea, secundado por cánticos de toda fauna. Totalidad agradecida se muestra en coros de facetas, sonidos, cual rodea nuestro entorno ya entonces absorbente (enigma mágico es). Hallarnos estáticos frente a la pleamar y mareas bajas, contar su vaivén mezclado al hechizo mediante lunas tempestuosas. Nacieron así muchos de mis poemas desencadenados de algún archivo de reciclajes mentales. Un péndulo meditativo enlazó sargazos del océano, desprendidos a merced de mareas y antojos del tiempo con todo lo antes expuesto y gravedad de mi puño derecho (entro en el agua). Un desprendimiento incorpóreo en mi deja sustentada la definición afirmativa de una convicción quizás dormida, en debut tal vez. Más hoy fusionan lo que soy, su funcionamiento después del gran cóctel abigarrado en materias diversas, desde dolores del alma a corporal. También alegrías dentro de campos románticos ya en otros matices y edad, atravesado de cuando en vez por el espejismo del recuerdo y el exilio pragmático. Contraste inevitable, demostrado simbólicamente no sólo en el título de carácter spanglish del libro, también las imágenes y fundamentos de la lectura, su desglose, desnuda el tiempo y espacio. Concluyo mi poemario con la real manifestación de la hora alfa en mi vida, suceso ocurrido una madrugada de infatigables poemas insomnes. Pasadas unas horas me desplomo exhausto entrando al mundo de los sueños con el lápiz aun entre los dedos ya inertes. Al despertar quedé sorprendido, mi escritura había continuado, cambiando su mitad en bolígrafo hojeando las páginas estrujadas. Un grupúsculo de pensamientos y frases incongruentes batallaban por mostrarse tal cual (así le presentí). Así las expongo como un homenaje bohemio a la vigilia no común entre muchas en tierras extrañas. “MYLEN” fue el único manuscrito terminado en esa noche de fuertes lluvias, víspera de la hora alfa. Vivo un destierro de conciencia, proscripto a mi patria por el pecado de la palabra y honor. Existe un karma colectivo y calvario seguro para todo aquel que a vivir no teme, ampute en sus códigos la psicología de masas, de raíz plante corazón y mente, cultive la imitación en su frente de la estrella que ilumina y mata. (Ser o no ser, definir). HORA ALPHA es en realidad el último de mis poemarios hasta la actualidad, pero el primero editado dadas las circunstancias democráticas y peticiones de colegas en el campo de artes y letras como en este caso el escritor García Huerta y el poeta Nelson Jiménez que sugirieron que comenzara por lo actual, luego los asuntos inéditos. Se presentó así todo el entorno como causa y efecto, amores y vientos de cambio. La nocturnidad creativa como demonio converso, hereje que sueña, los secretos abrieron sus márgenes, el universo conspira. Rubén Alejandro de los Santos 15 de febrero de 2015
